La solidaridad, todo se vive y comparte en comunidad, basada en la filosofía ancestral: «Ver en lo otro y en el otro a uno mismo».
La dignidad y los derechos para toda la humanidad, expresados en las declaraciones de las Naciones Unidas, abarcando derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales e indígenas abogando por el ejercicio pleno y la exigencia de los mismos, de manera especial los derechos de la niñez, de la mujer y de aquellas poblaciones más amenazadas y vulnerables.
La educación intercultural como instrumento para construir un mundo más justo, solidario e integrativo donde la diversidad cultural son el eje central.
El Respeto, eje transversal de la cultura, filosofía y ciencia ancestral. Respeto por todo el entorno y por la vida partiendo de uno mismo y practicando lo que dicen las abuelas: «Cada acción, cada pensamiento, cada sentimiento, antes de realizarlo, debemos pensar cómo afecta a 7 Generaciones, por los que no han nacido».
El Amor desde la concepción de que todo está en nuestro corazón. Dice la sabiduría ancestral: «Yo te entrego mi corazón, a través de mis acciones».
La Responsabilidad, todos somos responsables de lo que sucede en el planeta tierra y en el universo, por ello dice la sabiduría originaria que «venimos a este planeta, como YO SOY, para convertirnos en NOSOTROS SOMOS»